La Comisión Provincial de Patrimonio de Córdoba, que preside el delegado territorial de la Consejería de Cultura y Deporte, Eduardo Lucena, ha informado favorablemente sobre el proyecto de limpieza, consolidación y restauración de distintos elementos pertenecientes al antiguo palacio de los Marqueses de Guadalcázar.

La intervención prevista afectará al basamento de la torre noreste, al arranque de la fachada este y a la cornisa de la Torre Mocha, las únicas partes del monumento que quedan en pie y que están afectadas por la erosión, la humedad y la presencia de vegetación.

El proyecto incluye limpieza físico-química y mecánica de todos los elementos, eliminación de piezas ajenas al bien, saneado de juntas y rejuntado con mortero, cal y arena; reposición puntual de sillares en zócalo y esquinas, remate del arranque de fachada y de la coronación del basamento, sellado de grietas en el tapial; aplicación de productos protectores, sondeos arqueológicos; iluminación de la línea de fachada, mejora de la ventilación en la última planta y un protocolo de mantenimiento. Finalmente, se instalará cartelería explicativa.

Palacio de los Marqueses de Guadalcázar

Según una descripción de 1747, el Palacio del Marqués de Guadalcázar, Diego Fernández de Córdoba y Portocarrero, virrey de Nueva España, fue un monumento de arquitectura defensiva construido en mampostería y ladrillo a comienzos del siglo XVII. Su fachada principal, de casi 70 metros de longitud, miraba a levante y se componía de cuerpo alto y bajo, con doce balcones y otras tantas rejas, flanqueado por dos torres. En el interior tenía un patio de mármol blanco de Génova, con arcos en los cuerpos alto y bajo. Según el arquitecto Arturo Ramírez, que restauró la Torre Mocha en los años 80, el palacio no llegaría a verse terminado. En todo caso, hoy en día queda únicamente en pie la torre sur, el basamento de la torre norte y parte del arranque de la fachada principal.

Torre Mocha y entorno

La Torre Mocha de Guadalcázar es un Bien de Interés Cultural (BIC) inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA) que cuenta con un entorno de protección de 50 metros en suelo urbano y 200 metros en suelo urbanizable y no urbanizable, y está considerado como edificio con protección integral en las normas subsidiarias de Guadalcázar. La Torre Mocha se rehabilitó a finales del siglo XX, construyendo un cuerpo adosado a la cara norte que recupera la traza de la crujía de fachada del palacio. El edificio funciona como museo de ciencias naturales desde 2003.

Formando conjunto con el palacio se edificó, también, a comienzos del XVII, una iglesia y convento. La iglesia pervive como Parroquia de Ntra. Sra. de Gracia, aunque muy transformada. Su fachada y cubierta fueron reedificadas en el siglo XX. El convento desapareció, si bien puede quedar en pie alguna estructura reaprovechada, como el cuerpo con portada recayente a la calle Julio Romero de Torres. El solar del palacio y convento pasó a propiedad municipal en los años 80 del pasado siglo. Se construyó una promoción de VPO en dos plantas de altura, diversos equipamientos y una zona verde.  Estas construcciones conforman hoy el entorno inmediato de uno de los elementos patrimoniales más singulares de la comarca del Valle del Guadalquivir.